La llegada de la revolución industrial modificó los hábitos de construcción, anteriormente, los materiales eran naturales, propios de la región, de un habitad inmediato, elaborados con simpleza y adecuados para el clima de la zona.
Actualmente, la industria de la construcción es una de las más importantes para la economía, pero también una de las más contaminantes para el mundo.
Consume el 50% de los recursos naturales, ya que la materia prima para la fabricación de los materiales se extrae de la corteza terrestre, y se requieren dos toneladas de esta por cada metro cuadrado de construcción de una vivienda.
El 40% de la energía que se consume en el planeta, es utilizada en la construcción, derivado de los procesos industriales que reciben las materias primas para su transformación.
Los materiales fabricados para una sola vivienda son equivalentes a la tercera parte del consumo energético de una residencia durante 50 años.
Los edificios comerciales, residenciales y públicos, son responsables del 25% al 35% de las emisiones de CO2 a la atmosfera.
Deforestación, consumo energético, emisiones de contaminantes, producción de residuos derivados de la demolición, la huella ecológica que nuestro habitad está provocando es incalculable y el consumo desmedido de recursos puede poner a las generaciones futuras en situaciones vulnerables para la vida.
Por ello, es necesario que la construcción, asuma la responsabilidad de edificar con la firme consigna de la sustentabilidad como táctica para el desarrollo, la conservación del medio ambiente y los recursos naturales (McDonough, 2002).
El edificio debe tener una relación más directa con el comportamiento de la naturaleza, una óptima orientación, ventilación natural, captar la luz del sol sin los efectos del aumento de temperatura, el vínculo de la relación con el entorno, así como saber interpretar el espacio en el que se construye, si los recursos disponibles se aprovechan, se vuelve innecesario el uso de tecnologías para su funcionamiento.
Evitar dañar el paisaje y mimetizar la arquitectura con la naturaleza, sustituir los materiales de construcción con otros elementos que cumplan con la misma función, que no afecten al ambiente, materiales sostenibles y biodegradables, regresar a los principios de la construcción, retomando técnicas naturales como la fabricación de adobe y actuales, como la creación de bloques de residuos de agave y plástico reciclado, pinturas caseras orgánicas que utilizan como ingrediente principal el nopal y además creadas por estudiantes chiapanecos.
Reciclar, reutilizar, captar agua de lluvia, tratar aguas grises y jabonosas, por medio de técnicas simples que podemos adaptar en nuestros hogares, son solo algunas opciones que podemos utilizar para minimizar nuestra huella ecológica.
El desarrollo sustentable es satisfacer las necesidades presentes sin comprometer los recursos y demandas de las generaciones futuras y sobre todo que nuestro habitad no dañe otros habitad.
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