Las chimeneas son el aliado ideal para mantener nuestros hogares calientitos y relajarse con los amigos y la familia. Sin embargo, no tener la instalación y precaución debida puede ocasionar una tragedia. A continuación, te compartimos algunas recomendaciones básicas para evitar poner en riesgo tu seguridad y la de tus seres queridos.
Construir tu chimenea de manera correcta es el primer paso para evitar un incendio u otros percances. Existen ciertas medidas que se deben respetar en la construcción de la misma. La altura que debe tener dependerá de la altura de la cúspide y la inclinación del techo. Asimismo, debe haber una distancia de uno y tres metros entre la chimenea y los obstáculos que pueda haber en el techo como tinacos, tanques de gas o ventanas, dependiendo de las dimensiones de estos.
Además, para que el humo salga correctamente es importante que el conducto de salida sea completamente vertical y que la chimenea cuente con suficiente altura y espacio con respecto a las construcciones o árboles aledaños a la casa que puedan incidir de forma negativa sobre el flujo de oxígeno.
Para el diseño e instalación, lo más recomendable es que acudas a un profesional que tenga conocimiento de cómo hacer una chimenea que cumpla con las especificaciones necesarias para tu seguridad.
Antes de encender la chimenea, cerciórate de que todo esté en buenas condiciones para poder ser utilizada. Para ello, contrata un profesional para que verifique periódicamente que los conductos estén libres de hollín y los limpie de ser necesario.
Despeja el área alrededor de la chimenea removiendo objetos flamables, te recomendamos que objetos como cortinas, alfombras o cojines estén a mínimo un metro de distancia de la chimenea, así evitarás que alguna pequeña brasa cause un incendio.
Cuando la chimenea esté lista para encenderse, evita saturarla de leña ya que podría ocasionar exceso de fuego y humo. La mejor práctica es colocar una cantidad moderada e ir agregando solo si el fuego comienza a disminuir. Además, comprueba que la leña esté seca y con madera en buen estado para obtener una llama más duradera que provoque menos humo.
No utilices combustible para comenzar la llama, pues además de incrementar el nivel de humo que puede intoxicarte, puede provocar llamas más grandes. En su lugar, recurre a opciones como papel o pastillas de encendido.
Las medidas de seguridad con respecto a la chimenea no varían mucho de las que se deben tener alrededor de cualquier otro fuego, especialmente si hay niños. Evita correr o hacer movimientos bruscos alrededor de la chimenea, además, nunca arrojes en ella ningún tipo de objeto flamable.
Jamás dejes la chimenea encendida sin supervisión, si vas salir de casa o irte a dormir debes confirmar que el fuego esté completamente extinto.
Lo mejor es esperar a que la leña se consuma, pero si debes irte antes de que esto suceda puedes utilizar un atizador para esparcir la leña y las brasas, de esta manera el fuego se consumirá más rápido. También puedes utilizar bicarbonato de sodio para ayudar a apagar el fuego. Una vez que no haya fuego, apóyate de las mismas cenizas para echarlas sobre los restos de leña o carbón.
En ambos casos, observa la chimenea un par de minutos después para estar seguro de que el fuego no regrese.
Te recomendamos tener un extinguidor en un lugar visible y de fácil alcance. Si tienes dudas sobre cómo usarlo, aquíencontrarás los pasos a seguir.
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