La contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en 0.1% durante 2019, así como el último trimestre de dicho periodo, que fue uno de los más golpeados con una contracción del 3% contribuyeron a que el pasado año, sea reconocido como el primer año con decrecimiento económico desde la crisis financiera global del 2009.
Nos dimos a la tarea de revisar la historia y corroborar que efectivamente, la tasa de crecimiento se ha reducido. El último año del sexenio anterior, el crecimiento económico fue de 2.1%, mientras que el primero del nuevo fue un decrecimiento de 0.1%.
Sin embargo, si comparamos estos índices porcentualmente, la reducción es tal vez alarmante
Se registra que en los dos cambios sexenales anteriores, el crecimiento se redujo a la mitad, mientras que, en este sexenio, el crecimiento del primer año de gobierno se redujo un 105% vs el del último año del período anterior.
Las razones de esta contracción son varias, pero la principal es la reducción considerable en la inversión productiva, que tuvo una caída del 5.2%, acompañada de una desaceleración económica mundial, un subejercicio en el gasto público y un clima generalizado de inseguridad en el país.
Sin embargo, también hay que decir que hubo aciertos: el Tratado entre México, Estados Unidos y Canáda (T-MEC) avanzó por buen camino, dando certeza a la inversión; las finanzas públicas se manejaron con cierto atino; la inflación estuvo bajo control y el ataque a la corrupción parece que va avanzando en algunos de los frentes.
¿Cómo lucirá el 2020?
El Gobierno Federal estima un crecimiento del 2 por ciento. En días recientes, analistas de Barclays recortaron su estimación dejándola en un rango de 0.6% y 1.4%. A pesar de que el T-MEC es prácticamente un hecho y aunque aún falta la aprobación por parte del parlamento canadiense; pero cada vez, está más cercana la posibilidad de cerrar exitosamente el T-MEC, lo que vendrá a dar certeza a la inversión.
De igual forma se espera que el Gobierno Federal no toque el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios y que ejecute todo lo destinado en el ejercicio del presupuesto de egresos, para una mayor estabilidad económica.
La economía mundial no necesariamente se acelerará durante el 2020, sin embargo, debido a la victoria de Trump en el proceso de Impeachment al que fue sujeto, es probable que este año tenga buena oportunidad en su intento de reelección, lo que significa que podría traer buenos resultados económicos para México, pues si al país vecino le va bien, a México también.
Por otra parte, este año no se esperan alzas en las tasas de referencia a menos que existan riesgos cambiarios inesperados o impactos en la inflación no-subyacente. Incluso se podrían observar decrementos, sobre todo si estos se siguieran dando en las economías avanzadas. En la última reunión de política monetaria, la FED (el Banco Central de EUA) decidió no mover sus tasas de referencia, dejándolas en el rango de 1.5% a 1.75%.
Respecto al ámbito de la tributación, seguramente veremos un apetito por la fiscalización y es que, durante 2019, los ingresos por este concepto incrementaron solamente 0.9%. Sin embargo, la fuente de este ligero incremento fue el IEPS, con un crecimiento del 27.9%, mientras que la recaudación por IVA e ISR disminuyó 2.3% y 2.2% respectivamente.
Desafortunadamente, al igual que en sexenios anteriores, no veremos grandes intentos por aumentar la base de contribuyentes, salvo esfuerzos aislados como lo que plantea hacer con los arrendadores y las plataformas digitales.
Predicciones en materia inmobiliaria para el 2020:
· La vivienda social crecerá por las políticas sociales del gobierno.
· La disminución en las tasas de interés puede revitalizar marginalmente el crédito hipotecario y esto a su vez la compra de inmuebles residenciales de valor medio y bajo.
· La vivienda residencial alta y de lujo seguirá congelada durante el primer semestre, los inversionistas seguirán esperando o continuarán buscando activos en el extranjero. Algunos inversionistas esperarán descongelar sus inversiones después del resultado de las elecciones intermedias en México.
· La inversión turística continuará en crecimiento, pero posiblemente menor debido a la desaceleración económica mundial. Habrá que ver cómo la aceleración marginal de la economía china deriva en inversiones de ese país en otras economías, incluida la nuestra.
· La inversión en infraestructura industrial y comercial tendrá un ligero impulso, aunque las inversiones en este sector se harán más bien en maquinaria y equipo.
· Habrá que ver el impacto de las obras de infraestructura que realice el gobierno federal.
· Los desarrolladores inmobiliarios con enfoque en CDMX siguen a la expectativa de la liberación de los permisos de construcción. El panorama seguirá incierto.
· El arrendamiento seguirá creciendo, aunque se espera un ligero estancamiento los primeros meses debido a los esfuerzos tributarios en esta materia.
· A pesar de todo esto, el dinero en el bolsillo del ciudadano sólo crecerá 0.4%, así es que la recuperación general será marginal, salvo los sectores específicos mencionados.
Tendremos que seguir trabajando duro, pero sobre todo, tenemos que buscar formas y nichos diferentes para captar el mercado que tenga mayor dinamismo. La agilidad, la preparación y el profesionalismo serán los verdaderos diferenciadores que puedan hacer del 2020 un buen año para el sector de intermediación y asesoría inmobiliaria.
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