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Analizando el inicio de la Cuarta Transformación

A seis meses del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, tal vez, es tiempo suficiente para evaluar de manera preliminar el desempeño de la Cuarta Transformación.

A pesar de que la nueva administración no apuesta a los indicadores, éstos son la forma que hoy tenemos para medir el desempeño de nuestro país y del resto del mundo.

Si bien, un porcentaje de crecimiento económico alto no necesariamente se refleja en los bolsillos de toda la población, sí nos da idea del movimiento a nivel macro.

Estos indicadores macro, tienen que ser contrapuestos con otros como el índice de pobreza patrimonial o alimentaria, o algunos que tienen que ver más con la calidad de vida.

Sin embargo, estos no se publican con la misma frecuencia, ni por las mismas instituciones y algunos son incluso calculados por organismos internacionales. Así es que entre tanto estas instituciones nos comparten sus indicadores, veamos las cifras con las que contamos hasta hoy.

Comencemos con el crecimiento del PIB, el cual nos da idea del crecimiento de la Economía. El primer trimestre del año, en términos anuales creció 0.2 por ciento, principalmente arrastrado por el componente del sector servicios, que es en el que nos desenvolvemos como sector inmobiliario de intermediación y servicios relacionados.

Este crecimiento es el más bajo desde Zedillo, pues durante el gobierno de EPN, fue de 2.7, Calderón de 2.2 y de Fox 1.8 por ciento.

Tal vez esto explica el desempeño inmobiliario. Según cifras oficiales (CONAVI), durante el primer bimestre del año la colocación de vivienda nueva disminuyó un 19.5 por ciento.

Mientras la comercialización de vivienda usada se contrajo 13.1 por ciento y las desarrolladoras están siendo impactadas, pues la producción de vivienda en el país se redujo 15.7 por ciento.

La inflación general está cerca del objetivo, pues el indicador está en el 4.41 por ciento, la meta de BANXICO es mantener el indicador en el 3.00 por ciento, con un rango de más, menos 1.00 por ciento.

El tipo de cambio durante estos meses ha estado en un rango muy razonable, pues el interbancario se ha mantenido rondando los 19.00 pesos y los analistas

señalan que la demanda de pesos se ha incrementado sustancialmente debido a lo atractivo de las tasas de interés.

La tasa de referencia de BANXICO está en 8.25 por ciento, que es sustancialmente mayor a lo que otros mercados emergentes ofrecen.

Las evaluadoras de crédito soberano están bastante escépticas y han interpretado como riesgosas algunas iniciativas del gobierno actual como la cancelación del NAIM y la construcción de la Refinería. Mientras que algunas han degradado nuestro rating, otras están a la expectativa.

Independientemente de las comparaciones frías de los porcentajes y los indicadores, también es justo mencionar que la distribución de la riqueza, particularmente en el último sexenio, ha sido desastrosa, y en ese sentido, el diagnóstico que hace el presidente López Obrador es completamente cierto.

México ha sido devastado por la corrupción y la inequidad. Lo que tal vez nos puede preocupar como población, es el cómo de la nueva administración.

Para ello, me di a la tarea de revisar cada página y cada párrafo del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, y a continuación presentamos un breve resumen de los hallazgos:

El Plan Nacional de Desarrollo es un documento rector de las políticas públicas de todo un sexenio, es un documento guía que marca la estrategia, la táctica e incluso la instrumentación.

A lo largo del texto, encontré 35 páginas en las que lejos de proponer y delinear estrategias, principalmente se critica a las administraciones anteriores.

En 12 páginas se habla de políticas y programas asistencialistas a implementar (o ya implementados), a lo largo de 4 páginas se esboza una clase de “informe” de actividades de lo que va del sexenio.

De igual forma en una página se habla del tema inmobiliario, a través de 2 iniciativas como es el Programa Nacional de Reconstrucción y el Programa de Mejoramiento Urbano y Vivienda.

A la Ecología se le dedica solamente un párrafo y a la Ciencia también (tal vez esto explica la apática reacción del Gobierno ante los alarmantes niveles de contaminación por partículas suspendidas.

Con este análisis vemos que el Plan Nacional de Desarrollo entregado a finales del mes pasado por el Ejecutivo, deja muchas lagunas, no solo en los elementos en los que López Obrador no parecía fuerte (estrategia y ejecución), sino también en el primero, en el de las ideas.

Los temas más controversiales pueden ser la apertura a la migración, la justicia transicional, la amnistía, las consultas populares, los cuestionables proyectos de infraestructura pública, los programas de asistencialismo y entrega de fondos en efectivo a un gran número de habitantes, entre varios más.

Sin embargo, más allá de ideales políticos o tendencias personales, el Plan Nacional de Desarrollo no parece un documento que aliente la inversión, que fomente el empleo, que atraiga planta productiva, que posicione mejor a México en el mundo.

En resumen, no es un documento que deje clara una visión de progreso económico.

La economía de una nación no se construye sólo a través de programas sociales e infraestructura pública. Todos los actores somos importantes: los pobres, los ricos, las empresas (grandes y pequeñas), los patrones, los trabajadores, los reguladores, las instituciones, las ONGs e incluso los organismos internacionales.

Sin duda, el poder ha sido manoseado por empresas y empresarios, las leyes han sido creadas o modificadas a modo, la procuración de justicia es injusta y desbalanceada, la educación ha sido olvidada convenientemente, y como consecuencia, la pobreza sigue aquí y la desigualdad es mayor.

Los mexicanos debemos unirnos. No más chairos ni fifís, no más ricos ni pobres, no más PRIAN ni PRIMORES ni MORENOS, sólo MEXICANOS.

Toda la podredumbre de la que nos quejamos: los políticos corruptos, los empresarios que los corrompen, los policías que trabajan para el crimen, los ladrones, los huachicoleros, los secuestradores, los narcos, todos son mexicanos.

Todos ellos salieron del pueblo, de un hogar que falló o que no tuvo forma de no fallar. Hagamos pues lo propio, cada quién en nuestros negocios y hogares. Transformemos a México. Unidos.

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